En las fiestas es cuando se nos hace más difícil comer correctamente. En esta época, vivimos con más estrés, tenemos una agenda ajetreada llena de días y reuniones festivas, así como de prolongados brindis, que hacen que nos sintamos hinchados e incómodos cuando llegamos al 2 de enero. Sin embargo, las fiestas no tienen por qué festejarse de esta manera.
A continuación, te doy algunos consejos para que disfrutes de las fiestas sin tener que lamentarlo más adelante:
- Bebe menos. Para muchos de nosotros, nos es difícil evitar las bebidas cargadas de calorías durante las fiestas. Entre ellas se encuentran el café con menta, el chocolate caliente, el ponche de huevo, el vino, el champán. . . ¿Sigo? Si eres de aquellos que se tientan con ellas, trata de implementar esta idea. Elije una. En otras palabras, escoge una por día: disfruta de un café latte ese día o un vaso de vino. Y, cada vez que puedas, reduce las calorías (p. ej., usa leche descremada en el chocolate caliente). De este modo, no te estarás privando de algo que te gusta y estarás aprendiendo a controlarte. El resto del tiempo, ¡bebe agua! Aun cuando sea agua con gas, ponle una rodaja de limón para estar a tono con las fiestas.
- Hornea menos. Si te gusta hornear durante las fiestas, eso es muy bueno. Estamos seguros de que tu familia adora tus pastelitos horneados. Pero ten en cuenta cuánto horneas y para cuántas personas. ¿Estás cocinando 14 docenas de galletas para tu familia de 4 integrantes? Tal vez es hora de disminuir la cantidad. En estas fiestas, elije sólo una o dos de tus recetas favoritas y hornea la mitad de la cantidad que sueles preparar. De esta manera, no sólo reducirás las calorías innecesarias que andan dando vueltas por la casa, sino también tendrás menos estrés.
- Prioriza. Es muy probable que a las fiestas donde vayas habrá mesas con una gran variedad de comida menos saludable. Es en este momento cuando debes priorizar en lugar de tomar cada galletita que te ofrezcan. Toma un plato, elige uno de cada uno de tus alimentos favoritos y, si hay, llena el resto del plato con vegetales o frutas frescas. Otra opción es comer antes de ir a la fiesta. Así no sentirás la tentación de darle un bocado a las mini quiches por el simple hecho de que están allí y tienes hambre. Y recuerda, es en las personas y en las conversaciones donde debes poner tu atención, ¡no en la comida!
- Rechaza las sobras. Cuando el anfitrión empiece a repartir las sobras después de la fiesta, evita este momento o dile que te encantaría aceptarlas, pero que no tienes lugar en tu refrigerador. (Definitivamente entenderán). Pero, a veces, tener otras tentaciones es inevitable. Si tu vecina te trae un plato de galletas sabrosas, en lugar de rechazarle el presente, agradécele con gentileza y cómete una. Luego lleva el resto a la próxima fiesta. Es la época donde se comparten los regalos.
- Amplia tus ejercicios. Muchas personas se disculpan por no comer de manera saludable ni hacer ejercicios regulares porque "es esa época del año". Mala elección. En lugar de saltarte los ejercicios, intensifícalos. Las fiestas son el momento cuando necesitas más que nunca el efecto antiestrés de los ejercicios que ayuda a mejorar el humor.
- Date un gusto. Algunos hacen bien renunciando a los alimentos "prohibidos", pero, para muchos de nosotros, esa noción sólo lleva a comilonas o a una sensación de privación. Si ese es tu caso, permítete un gusto, pero que sea una porción pequeña y rinde cuenta de ello en tu próximo ejercicio.
- Abandona la "mentalidad de quien hace una dieta." Te prohíbo que alguna vez vuelvas a decir estas 4 palabras: "Comenzaré la dieta mañana". Esta mentalidad lleva a la gente a creer que comer saludablemente es todo o nada. Come una o dos galletas dulces, pero detente antes de caer en el estilo de pensamiento "¡Ay, lo eché todo a perder, así que ahora me puedo comer 10 más!". Esa mentalidad es la raíz de todas las dietas yo-yo. Piensa en tu forma de comer como un estilo de vida y no como una dieta.
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