No te lo niegues. Simplemente planea tus golosinas. De vez en cuando, disfruta de un almuerzo o cena más bajo en calorías, y guarda las calorías de la comida para el postre.
Libérate de las tentaciones. Si no tienes fuerza de voluntad frente a los pastelitos de chocolate, pero tus hijos los aman, deja de comprarlos. No te hace un mal padre. Busca una alternativa más saludable o algo al que te puedas resistir con facilidad.
Llega a un acuerdo. Si tu familia cree que necesita una golosina cada noche, trata de establecer un balance entre ofrecerles opciones más saludables y dales "libre albedrío". Disfruta de un helado o fruta con bajo contenido de grasa, o a veces alguna fruta con una cucharada de crema batida.
Intenta pasar dos semanas sin dulces. Es sorprendente como los antojos desaparecen.
Incorpora más fruta. Una persona que consume suficientes frutas no tiene ansias de cosas dulces.
Come golosinas, sólo que ¡cómelas de manera inteligente! Calcula aproximadamente 150 calorías por día para la cosa dulce favorita. Eso equivale a aproximadamente una onza de chocolate, media porción de torta modesta o ½ taza normal de helado.
Come con Inteligencia los gustos dulces: Chocolate caliente sin azúcar; uvas rojas congeladas; barras heladas Fudgsicles; goma de mascar sin azúcar; gelatina sin azúcar con crema batida baja en calorías; budín de chocolate sin azúcar con crema batida baja en calorías y algunas almendras trituradas encima; barras Nutri-Grain Twists (u otra marca de barra de cereal baja en grasas); algunos bombones Tootsie Rolls; o caramelos duros de larga duración. Todos estos tienen bajas calorías y satisfacer la necesidad de comer algo dulce. Recuerda que son gustos de algo dulce, no alimentos básicos.
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